El perrito de las praderas: arquitectos del subsuelo
Emparentados con las ardillas e incluso con las marmotas, son animales que albergan severas diferencias. Lejos de vivir en los árboles, son escaladoras terribles, con lo que cavan verdaderos túneles subterráneos de varios metros de profundidad para hacer las madrigueras.
í‰stas no son menos llamativas, incluyendo un sistema de ventilación, un puesto de vigilancia y se podría decir que dormitorio y despensa; prácticamente diseñan sus propios hogares. Las especies más comunes son cinco, algunas en peligro de extinción, pero la más popular como mascota es el perrito de la pradera de cola negra.
En general, reciben este nombre por el hábitat natural de donde proceden, cuyas excavaciones causan algún que otro contratiempo a los terratenientes. Además, emiten un sonido de alerta que rememora al de un pequeño can. Conviven familias enteras en una misma zona, las cuales se reconocen y comunican, también con los vecinos, con unos mordisquitos en la mejilla, que cualquiera podría pensar que son besitos de bienvenida.
Es comprensible y acertado pensar que la vida en un hogar se hará más llevadera con una jaula que tenga distintos niveles para reproducir la elaborada madriguera que construyen, adaptadas al exterior o al interior, dependiendo de donde pensemos alojar a nuestra mascota. A pesar del carácter mimoso y cariñoso que prodigan, agradeciendo el contacto del propietario, no son demasiado adecuadas para los niños, ya que demandan cierta atención.
Principalmente diurnos, disfrutarán sobre un sustrato donde puedan escarbar y jugar, compuesto de materiales adecuados para ellos. Es conveniente también que dispongan de todo tipo de juguetes para roer, tanto los que se pueden adquirir en tiendas especializadas, como troncos limpios, ramas o papel de periódico.
Nadie diría de estos amables animales que llegaron a estar al borde del exterminio con las acciones que se llevaron a cabo para limpiar los campos americanos, de donde son originarias, de perritos de las praderas. Gracias a diferentes políticas de repoblación y reproducción en cautividad, actualmente esta especie se puede decir que goza de buena salud, sobretodo después de valorar el imprescindible trabajo que ejercen con las perforaciones en la tierra, lo que permite que ésta se airee, acumule agua, se reparta mejor el abono natural y propicie cobijo a tantas otras diversas especies.